COP16: estos son los 4 caminos para que las empresas se conecten aún más con la biodiversidad
Fuente: El Tiempo / DIANA MARCELA PUERTA LÓPEZ – DIRECTORA MAESTRÍAS EN SOSTENIBILIDAD (UNIANDES)
¿Por qué debemos reconectarnos con la naturaleza, comprender nuestra interdependencia y las oportunidades de regenerar esta relación? ¿Cómo incluir a la naturaleza como actor crítico en la toma de decisiones? ¿Qué riesgos hay en no hacerlo y qué oportunidades existen de crear un nuevo valor a partir de ello? Estas son preguntas frecuentes entre empresarios curiosos de esta nueva conversación planetaria.
El reconocimiento de la relación entre biodiversidad y negocios no es solo una tendencia emergente, sino una necesidad apremiante en un contexto global marcado por la convergencia de una triple crisis: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Las empresas están en una posición clave para enfrentar este desafío, con la responsabilidad y la oportunidad de ser agentes de cambio al alinear sus estrategias con los compromisos internacionales para mitigar las amenazas a la biodiversidad.
Uno de estos compromisos, el Convenio sobre la Diversidad Biológica, cuenta con instrumentos como el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, adoptado en 2022. Será durante la COP16 de Biodiversidad, que se realizará en nuestro país en octubre bajo el lema ‘Paz con la naturaleza’, cuando los países parte mostrarán la manera en la que lo han adoptado en sus estrategias y planes nacionales de biodiversidad.
La biodiversidad, definida como la variedad de vida en la Tierra en todos sus niveles, desde los genes hasta los ecosistemas, es la base de los servicios ecosistémicos que sustentan la vida humana y, por ende, las actividades económicas. La degradación de la biodiversidad tiene un impacto directo en la productividad, la seguridad alimentaria y la estabilidad climática, lo que en última instancia afecta la viabilidad de las empresas ya no a un largo plazo sino en un futuro cercano.
La interdependencia entre las empresas y la biodiversidad
Según el Foro Económico Mundial (2020), más del 55 % del PIB mundial depende, en algún grado, de la biodiversidad. Esta cifra subraya la profunda interdependencia entre la economía global y el capital natural, evidenciando que la degradación de la naturaleza representa un riesgo significativo para la estabilidad económica mundial. A su vez, y para contrastar la visión de riesgo con la de oportunidad, la transición hacia un enfoque nature-positive podría desbloquear oportunidades de negocio valoradas en 10,1 billones de dólares anuales y crear 395 millones de empleos al 2030, según indica el Foro Económico Mundial.
Es fundamental que las empresas adopten una perspectiva a largo plazo y reconozcan que la biodiversidad es un activo estratégico
Las empresas no solo dependen de la biodiversidad, sino que también tienen un impacto significativo sobre ella. La agricultura, la minería, la pesca y la silvicultura son sectores que, cuando no se manejan de manera sostenible, pueden contribuir a la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, estas mismas industrias tienen el potencial de liderar el cambio. Para alinear los esfuerzos empresariales con las metas globales, las empresas tienen la oportunidad de identificar alternativas para adoptar un enfoque de “biodiversidad positiva”. Esto implica ir más allá de mitigar los impactos negativos y buscar oportunidades para contribuir a la regeneración de los ecosistemas. Un ejemplo es la implementación de soluciones basadas en la naturaleza, que integran la protección de la biodiversidad en los modelos de negocio, al tiempo que generan beneficios económicos y sociales.
Uno de los mayores desafíos para las empresas es el aparente conflicto entre la rentabilidad económica y la conservación y regeneración de la biodiversidad. Las inversiones en sostenibilidad pueden parecer costosas a corto plazo, pero los riesgos de no actuar son mucho mayores. Para superar este desafío, es fundamental que las empresas adopten una perspectiva a largo plazo y reconozcan que la biodiversidad es un activo estratégico. Integrar la biodiversidad en la contabilidad corporativa y desarrollar métricas que valoren los servicios ecosistémicos pueden ayudar a las empresas a tomar decisiones más informadas y sostenibles.
Desde mi experiencia como docente y consultora en estrategia, negocios y sostenibilidad, trabajando con líderes de empresas de diversos sectores y tamaños, presento a continuación alternativas concretas de acción para fortalecer la conexión entre biodiversidad y negocios:
- Realizar análisis de doble materialidad. Las empresas deben evaluar tanto la materialidad financiera como la de impacto en relación con la biodiversidad. Esto implica identificar cómo la pérdida de biodiversidad podría afectar financieramente a la empresa y cómo las actividades de la empresa impactan la naturaleza. En nuestro país, la Andi ha diseñado con empresarios, academia y movimientos internacionales, como Business for Nature, la ‘Hoja de ruta Biodiversidad y empresa’, que facilita determinar los pasos que cada empresa debería seguir al respecto.
- Implementar Soluciones Basadas en la Naturaleza. Integrar prácticas que promuevan la restauración de ecosistemas y la mitigación del impacto ambiental dentro de la cadena de valor puede mejorar tanto la sostenibilidad como la competitividad empresarial. Este tipo de soluciones deben contribuir directamente a la conservación, restauración, regeneración o gestión sostenible de la biodiversidad y los ecosistemas; deben generar beneficios tangibles para las comunidades humanas, como protección contra desastres naturales o mejora de los medios de vida, y deben involucrar a todas las partes interesadas, incluyendo a comunidades locales, pueblos indígenas, comunidades afro, gobiernos y empresas, tanto en su diseño, implementación, como en el monitoreo, y además generar beneficios económicos y sociales, como la creación de empleo, la mejora de la resiliencia o la reducción de riesgos.
- Desarrollar procesos de sensibilización y capacitación interna. Es fundamental que los líderes y empleados comprendan la importancia de la biodiversidad para su negocio. Programas educativos y de concientización pueden ayudar a alinear la cultura empresarial con los objetivos de sostenibilidad. Una alternativa concreta y actual es asistir a los Foros Conexión Biodiversidad del Foro Nacional Ambiental los cuales son abiertos y gratuitos.
- Medir y comunicar los avances en biodiversidad. Establecer métricas claras para evaluar el progreso y comunicar los resultados tanto interna como externamente. Esto no solo aumenta la transparencia, sino que también fortalece la reputación de la empresa ante sus grupos de interés.
Ejemplos de empresas con estrategias que integran a la biodiversidad
Por fortuna, van en aumento los ejemplos de prácticas empresariales que demuestran cómo la integración de la biodiversidad en la estrategia corporativa puede generar valor. Uno de ellos tiene que ver con las inmensas zonas de nuestro país que, de cuenta de la ganadería irresponsable y predadora, degrada los bosques y suelos. La alianza GEF, el gobierno del Reino Unido, Fedegán, TNC, Cipav y el Fondo para la Acción Ambiental promovió la reconciliación social, económica y ambiental del sector, a través de la ganadería sostenible. Como resultado, a 2020 se había logrado la conservación de 18.283 hectáreas de bosques, la siembra de más de 3 millones de árboles y la implementación de 38.390 hectáreas de sistemas de producción ganadera sostenible en 4.100 predios, de acuerdo con la Red de Soluciones Basadas en la Naturaleza de América Latina y el Caribe (2022).
Otro ejemplo es el de Selva Nevada, un negocio dulce que regenera socio ecosistemas integrando la cultura local en su modelo empresarial. La empresa se dedica a la producción de helados artesanales elaborados con ingredientes nativos colombianos, como frutas exóticas del Amazonas, el Chocó y la Orinoquía. Al hacerlo, no solo promueve el uso sostenible de los recursos naturales, sino que también apoya a comunidades indígenas y campesinas que cultivan estas especies de manera tradicional y respetuosa con el entorno sustituyendo, en algunos casos, cultivos de uso ilícito.
Por último, está el movimiento de Sistema B, que no solo representa un estándar certificable, sino que es un colectivo global de empresarios comprometidos con un modelo de negocio que ubica la solución de problemas sociales y ambientales en el centro de sus operaciones. Las empresas certificadas como ‘B’ buscan crear valor económico mientras generan un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente. Aún más, algunas están adoptando enfoques regenerativos, que van más allá de la sostenibilidad tradicional al orientarse a restaurar y revitalizar los ecosistemas y comunidades en los que operan. Este enfoque representa una evolución en la manera de hacer negocios, impulsando a las empresas a no solo mitigar sus impactos negativos, sino a contribuir en la regeneración del planeta.
Estas iniciativas son esenciales para alcanzar los objetivos globales establecidos. Al integrar la biodiversidad en sus estrategias, las empresas no solo están cumpliendo con sus deberes socioambientales, sino que también están asegurando su viabilidad a largo plazo en un mundo donde los consumidores, los inversores y las regulaciones exigen cada vez más prácticas sostenibles.
A través de la integración de la biodiversidad en las estrategias de negocio, las empresas pueden no solo proteger el capital natural del que dependen, sino también generar valor compartido para sus grupos de interés y contribuir al bienestar global y sin duda, a mejorar su reputación ante mercados de consumo, inversión y de talento humano que han resignificado el sentido del valor ampliándolo al social y ambiental.
El camino es desafiante, pero también está lleno de oportunidades para innovar y liderar. Las empresas que entienden y actúan sobre la importancia de su conexión con la biodiversidad estarán mejor posicionadas para prosperar en un mundo donde la armonía en la relación con la naturaleza ya no es una opción, es el nuevo paradigma que nos debe inspirar.
DIANA MARCELA PUERTA LÓPEZ
Directora Maestrías en Sostenibilidad – Facultad de Administración
Universidad de Los Andes