Actualidad, Medio Ambiente

En defensa del medioambiente

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Por: Amilkar D. Acosta M. / DIARIO LA ECONOMÍA


 

En el año 1971 los estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) acordaron celebrar el 21 de marzo de cada año el Día mundial forestal.

Dos días de la semana anterior están destacados en el calendario de las Naciones Unidas, declarándolos el 21 de marzo como Día mundial forestal y el 22 del mismo mes como Día mundial del agua, como una forma de llamar la atención y despertar el interés de la comunidad internacional sobre la importancia de la protección de los recursos forestales y del agua, como variables fundamentales de la ecuación de la sostenibilidad ambiental, y de paso enfrentar con éxito los desafíos del cambio climático.

Podemos afirmar que tal declaratoria está entre los antecedentes más importantes de los 17 Objetivos del desarrollo sostenible (ODS) acordados en 2015.

Entre las metas del Objetivo 6 de agua limpia y saneamiento están lograr el acceso universal y equitativo al agua potable, así como también a los servicios de saneamiento e higiene requeridos. De igual manera, entre las metas del Objetivo 15 referido a la vida de ecosistemas terrestres se cuentan la protección, el restablecimiento y la promoción del uso sostenible de los ecosistemas terrestres, así como un ordenamiento sostenible, delimitación y protección de los bosques, luchas contra el avance de la desertificación, como también detener y revertir la creciente degradación del suelo y la pérdida de la biodiversidad.

Valga decir que los 17 Objetivos del desarrollo sostenible (ODS) están alineados con el Acuerdo de París que propende por la descarbonización de la economía.

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Se trata de destacar y ponderar la importancia de los recursos forestales, los cuales contribuyen a la reproducción y desarrollo sostenible de todas las especies que habitan el globo terráqueo, incluido el ser humano. Tienen la virtud de capturar el CO2 que flota en el medioambiente y libera oxígeno a través de sus estomas, un proceso inverso al de los humanos que inhalan oxígeno y exhalan CO2.

El lema para el Día mundial forestal en 2022 es “consumo y producción sostenibles”. En este sentido, el lema de este año quiere poner el foco en el consumo de madera y concientizar sobre un problema global que en muchos países arrasa con miles de hectáreas de masa forestal cada año.

Se estima por parte de la FAO que cada año más de 130.000 km² de bosques se pierden debido a la deforestación. El caso de Colombia es dramático: entre 2015 y 2016, cuando alcanzó las 179.000 hectáreas, se incrementó la deforestación el 44%, en el 2017 se registraron 219.973 hectáreas deforestadas, incrementándose el 23% con respecto al año anterior y en el 2018, según el IDEAM se alcanzó el pico más elevado con 280.000 hectáreas deforestadas, un 27.2% más con respecto al 2017. En el año 2019 le dieron un respiro, especialmente a la Amazonía, la más depredada, al bajar las áreas deforestadas hasta las 158.894 hectáreas, pero sólo para volver a crecer el 8% en el 2020 con 171.685 hectáreas arrasadas.

Ello contribuye y de qué manera a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), de tal suerte que la deforestación junto con el cambio de uso del suelo participa con el 33% de las mismas. Por lo tanto, frenar, poner coto a la deforestación en Colombia es la mayor y mejor contribución al cumplimiento de la meta que se ha impuesto Colombia de reducir sus emisiones en un 51% hacia el 2030 y la neutralidad de carbono hacia el 2050.

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En 1992, en la Cumbre Río + 20, la Asamblea general de las Naciones Unidas, mediante la Resolución A/Res/47/193 se consagró el 22 de marzo de cada año como el Día mundial del agua. Se busca sensibilizar a las autoridades y a la sociedad civil sobre la importancia de la gestión integral del recurso hídrico y su conservación. Debemos destacar el hecho que la misma Asamblea de las Naciones Unidas, mediante la Resolución 64/292 del 2010, reconoció el derecho humano al agua. Además el objetivo 6 de los ODS se ocupa del agua limpia y el saneamiento.

Este año el mensaje de las Naciones Unidas está enfocado en la reivindicación de la importancia de las aguas subterráneas y su difícil acceso para un gran conglomerado de la población más vulnerable. En el 2021 su campaña a favor del preciado líquido tuvo como eslogan “valoremos el agua”, tanto más en cuanto que está amenazada su disponibilidad por el cambio climático. Ya en el año 2019 había planteado la necesidad de “no dejar a nadie atrás”, con el cual se envió un mensaje contundente tendiente a asegurar el acceso de agua potable a toda la población, haciendo énfasis en la calidad de la misma. Según las Naciones Unidas 800 mil personas mueren cada año en el mundo por causas asociadas con la carencia del preciado líquido.

Colombia no es ajena a este drama. Al menos 6.2 millones de colombianos consumen agua no apta para el consumo humano. Uno de cada tres municipios en Colombia suministra agua de buena calidad (¡!). Por ello no es extraño que el 71.6% de las muertes por enfermedad diarreica aguda, que afecta sobre todo a la primera infancia y a los adultos mayores, tiene como factor desencadenante la pésima calidad del agua que ingieren.

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